Proyecto OMCT- Serpaj Informe de Centro Pre egreso

25/07/2021

Visita 28 de abril de 2021.
Equipo de visita: Florencia Lemos, Rodrigo Rey, Mauricio Vázquez y Tamara Samudio

Características generales

El centro Pre-egreso se encuentra en el complejo del Instituto Nacional de Inserción Social Adolescente (INISA) ubicado por la calle Cufré, en el departamento de Montevideo. Fue creado en 2018 como centro de seguridad media, destinado a adolescentes “primarios, mayores de 15 años, con sentencia definitiva de privación de libertad no mayor a 18 meses, que demuestren aptitud para una amplia convivencia” (Proyecto de centro, pág. 1).

Al momento de la visita, se encontraban recluidos en los 4 módulos del centro un total de 28 adolescentes, distribuidos principalmente según el tipo de medida socioeducativa. Se encontraban 9 adolescentes en el módulo A; 13 en el módulo B; 3 en el módulo C, (destinado a penas largas); y 3 en el módulo D (uno de ellos cumpliendo una medida de semilibertad). Si bien el centro puede albergar hasta 30 adolescentes, se estima que la capacidad máxima operativa para desarrollar y cumplir con todas las actividades es de 25 adolescentes, por lo que a la fecha de la visita esta capacidad estaba sobrepasada. Los adolescentes tienen entre 16 y 20 años de edad.

En relación a los recursos humanos del centro, trabajan un total de 97 funcionarios, de los cuales 40 son de trato directo; 4 pertenecen al equipo de Dirección, una trabajadora social, una procuradora y tres psicólogos. Varios funcionarios se encuentran con licencia médica, constatando situaciones en que algunos funcionarios del centro asisten a otros centros, ante la falta de personal en estos últimos.

Infraestructura

El edificio fue inaugurado en 2014 como Centro de Ingreso, Diagnóstico y Derivación (ex-CIEDD), de estructura carcelaria, compuesta por 4 módulos de igual tamaño y distribución, con celdas que se disponen en torno a un patio interior abierto y totalmente enrejado. Las aberturas enrejadas de las celdas y patios no tienen cerramiento, quedando las celdas sin reparo cuando llueve o hay bajas temperaturas. Todos los módulos tienen además, un salón multiuso con una televisión.

El estado de limpieza y mantenimiento del centro es deficiente. Se registra en los módulos C y B filtraciones en algunos de los waters de hormigón de las celdas (1), que cuentan todas con baño empotrado.

En los módulos A y B los adolescentes duermen de a dos por celda, y de a uno en los módulos C y D. Las celdas son oscuras y húmedas ya que no cuentan con ventanas. Varias celdas del módulo A y casi la totalidad de las celdas del módulo B presentan goteras, filtraciones y humedades en las paredes. Por ello, algunos módulos tienen inhabilitadas algunas de sus celdas, y otras ocupadas no cumplen con las condiciones mínimas para ser ocupadas (2). La mayoría de las duchas no funcionan o no tienen agua caliente.

En todos los módulos los adolescentes manifestaron que los colchones se encuentran en muy malas condiciones, están sucios y al igual que las frazadas -que “parecen alfombras”- producen alergias y picazón.

En tanto, la iluminación artificial existente al interior de los módulos es escasa, estando ubicada en el patio interno del módulo. Las celdas no cuentan con luz artificial propia ni enchufes, por lo que en la noche se quedan a oscuras, incluso cuando tienen que usar el baño.

Los patios internos de los módulos cuentan con rejas altas en los laterales de los muros. Al ser un establecimiento de seguridad media, se prevé la existencia de seguridad policial exterior, personal de seguridad de INISA dentro del recinto, y “vigilancia distante de la circulación de los adolescentes desde puntos estratégicos” (Proyecto de centro, pág. 1).

Situación jurídica y proyecto de centro

Todos los adolescentes se encuentran sentenciados, tres de ellos bajo el mecanismo de proceso abreviado (3), para infracciones cuya medida privativa de libertad resulta excesiva. Según la declaración de los adolescentes, el planteo sobre la elección del proceso, se dio de la siguiente forma: “un año y si te declaras culpable son 6 meses”; y los abogados recomendaron aceptar. Además, se encuentran en el centro adolescentes sentenciados con penas largas bajo la nueva normativa (7 años de privación de libertad).

La mayoría de las medidas socioeducativas superan los 12 meses de privación de libertad, e ingresan derivados desde el Centro de Ingreso (CIAM) luego de ser sentenciados y culminada la pericia. La mayoría de los adolescentes cuenta con defensor público, la frecuencia en la comunicación con los abogados es variada, registrándose que la última vez en comunicarse varía de entre una semana hasta ochos meses. Muchos no conocen el nombre de su abogado. La mayoría desconoce si su sentencia fue dictada mediante proceso abreviado o juicio oral.

Identificamos situaciones, medidas y normas muy diferentes que rigen a cada uno de los módulos, predominando una lógica de fragmentación y separación entre los adolescentes de distintos módulos. Las gestiones diferenciadas por módulo dificultan el cumplimiento no diferencial de los proyectos socioeducativos. El tránsito entre los distintos espacios del centro y la realización de actividades educativas y recreativas es diferencial, y se realizan priorizando las medidas de seguridad y separación de los adolescentes.

Cotidiano

La rutina de los adolescentes inicia a las 8 a.m, horario en que se abren las celdas y se entrega el desayuno. La primera tarea que deben realizar es la limpieza de sus respectivas celdas y limpieza del módulo. Tienen permitida la convivencia y libre circulación en el interior del módulo (patio interior y el salón multiuso) a lo largo del día, salvo en el momento del almuerzo en que vuelven a las celdas (entre las 12 y las 13), retornando luego a la convivencia en el módulo hasta las 18 horas cuando son “trancados” (es decir, encerrados en la celda) y quedan recluidos en su celda.

Los adolescentes de todo el centro acceden a dos horas de patio exterior al día; una hora en la mañana y una hora en la tarde. Son llevados al patio por módulo, evitando siempre el cruce de adolescentes de módulos diferentes.

Los adolescentes pueden fumar y mirar televisión en los módulos, aunque la mayoría de las celdas no tienen una, por lo que es común que la televisión se coloque en el patio interno, y desde las celdas los adolescentes la miren. Desde la declaración de la emergencia sanitaria tienen prohibido tomar mate. Además, no pueden utilizar ropa de marca.

Alimentación

Según lo recogido en la totalidad de las entrevistas a los adolescentes, la calidad de la alimentación recibida es ineficiente y la misma ha disminuido sustancialmente en relación a la visita anterior en 2020. En muchas ocasiones el alimento se les sirve crudo y en el menú se repite frecuentemente la comida conocida como “rancho” (guisado muy aguado y con pocos ingredientes).

Los adolescentes almuerzan en el salón multiuso, y cenan siempre en las celdas, cerca de las 19 horas, sin ingerir nada posteriormente, hasta el día siguiente. Con respecto al desayuno y la merienda, el menú más frecuente es café/leche (frío) y pan. También se observa una reducción en el suministro de frutas.

Varios de los relatos efectuados por los adolescentes apuntan a que la deficiencia en la alimentación se debe no tanto a la calidad de los productos, sino a que son elaborados o servidos de “mala gana”.

La dirección del centro nos informó que la cocina de Pre Egreso abastece en la actualidad a dos centros más (ETTI y los nuevos módulos de CIAM).

Por su parte, el ingreso de alimentación permitida a los familiares consta únicamente de jugos, galletitas o tabaco. Los adolescentes manifestaron querer recibir más alimentos de las familias, o que puedan ingresar una comida casera para compartir en la visita.

Salud

El centro cuenta con médico general durante el día, así como servicio de enfermería. En caso de urgencias, el servicio SUAT asiste al centro las 24 horas.

Ante la necesidad de ser atendidos en salud, los adolescentes manifiestan que deben esperar y solicitar varias veces la asistencia para ser escuchados (4). En todos los módulos se registraron testimonios que relatan carencias y mala atención en la salud bucal (dentista).

En las entrevistas además se registra que muchas veces son atendidos por enfermería cuando solicitan control médico. A modo de ejemplo, en una ocasión la enfermería desestimó dolores que luego derivaron en la intervención quirúrgica de un chico,que se podría haber evitado con un diagnóstico oportuno. Asimismo, la deficiencia en la calidad de la atención médica repercute de forma directa en la aplicación de la medida socioeducativa de los adolescentes. Constatamos casos de aislamientos preventivos por 30 días ante la falta de una respuesta rápida para realizar el diagnóstico médico.

b. Salud mental

Los adolescentes cuentan con acompañamiento psicológico individual en el centro.

La mayoría recibe medicación controlada en la noche (algunos de ellos también en el día). Se observan deficiencias importantes en la atención en psiquiatría, donde algunos manifiestan no haber visto al psiquiatra, y se conocieron situaciones donde el cambio de centro del adolescente interrumpían su tratamiento médico indicado.

Educación

La situación de emergencia sanitaria vigente en nuestro país desde marzo de 2020 ha limitado aún más el acceso de los adolescentes en privación de libertad a la educación formal. Al momento de la visita, el centro estaba brindando en modalidad virtual clases de educación formal secundaria. Se mantiene una o dos instancias semanales con una profesora, de entre 60 y 90 minutos, donde tienen varias materias a la vez, (“se da todo”), y hacen los deberes que les indicaron en el aula virtual. Algunos adolescentes manifestaron que van a clases “cuando te sacan”.

En relación a la educación no formal, se realizan talleres de: plástica/manualidades, gimnasio, basketbol, peluquería (suspendido) y percusión. Al taller de cocina concurren solo los adolescentes del módulo A. Con respecto a estos talleres, los adolescentes manifestaron algunas carencias materiales en los mismos (tres máquinas de cortar pelo rotas en el taller de peluquería) y que concurren a su propia voluntad. Como actividad recreativa, se destaca que en el verano algunos de los adolescentes concurrieron a la piscina.

Se identificaron situaciones donde adolescentes que estaban inscritos en centros educativos con anterioridad a la privación de libertad, luego de cumplida la misma, no pudieron continuar con sus estudios en el establecimiento al que anteriormente concurrían. Al momento de la visita, solo uno de los adolescentes realizaba un curso de construcción mediante clases por zoom.

Al momento de la visita, con particular preocupación se constató la falta de propuestas de (re) inserción social, laboral y/o educativa para el egreso de uno de los chicos, que estaba a sólo 15 días de finalizar la medida socioeducativa.

Comunicación con el exterior

Desde la declaración de la emergencia sanitaria por COVID-19, en marzo de 2020, la cantidad de visitas de las familias se redujo a una vez a la semana. Al momento de nuestra visita, se había retornado al criterio de ingreso de una persona cada vez, inhabilitando la visita de niños/as. Esto fue comentado con angustia por los adolescentes, que quedan privados de la visita de hermanos o hermanas, así como hijas o hijos pequeños. Los adolescentes no estaban al tanto de si la medida se extendería, o finalizará en algún momento.

La visita se ha reducido además en la cantidad de tiempo, al promedio de una hora. El espacio de visitas es el salón principal del centro, un espacio interno del que los adolescentes manifestaron que persiste mal olor.

La comunicación telefónica consta de dos llamadas por semana de 6 minutos cada vez, pudiendo realizarse hasta 2 llamadas de tres minutos. Está permitido realizar una videollamada de 5 minutos semanales para los adolescentes padres con hijos/as. Encontramos que un adolescente que tiene un familiar privado de la libertad no tiene permitido comunicarse con él.

Seguridad y convivencia

Los adolescentes no sancionados permanecen en promedio 14 horas de encierro en las celdas.

El vínculo con los funcionarios es de respeto. Los adolescentes tienen buena relación entre quienes comparten celda y el módulo pero no hay contacto entre los adolescentes de distintos módulos, y en particular uno de ellos no tiene ningún tipo de contacto con el resto (por tratarse de infracciones complejas). Sin embargo, recabamos relatos de violencia verbal y física hacia los adolescentes en el trato directo (5).

Además, se aplica una falta de coherencia en la aplicación de las sanciones. Los adolescentes consideran que las sanciones son desmedidas o “sin sentido” y que muchas veces los operadores “te buscan la falta”. Estas sanciones pueden ir desde 5 días de encierro saliendo 1 o 2 horas al patio, hasta sanciones de hasta 20 días de encierro con 2 horas de patio. Al momento de la visita todo el módulo B se encontraba sancionado con restricción de 2 horas de patio al día.

Los motivos de sanción más comunes identificados son: sanción por peleas entre compañeros, por hacer puntas, por entrar cosas, por colgarse de las rejas o por jugar de mano. Los adolescentes manifiestan que la llamada de conducta se retira por “cualquier cosa” y que las sanciones se aplican generalmente sin que deban firmar un acta de sanción.

En tanto, las requisas se realizan de forma periódica, dependiendo de la situación (ninguna en todo un mes o hasta 3 en una semana). Para realizarlas, ingresa el personal de seguridad, que en algunas ocasiones acompaña la requisa, y en otras se encarga de su realización. Surgen relatos de violencia física (golpes, llaves) e insultos por parte de estos funcionarios, además de que es común que rompan objetos personales de los adolescentes (como fotos o cuadros).

Consideraciones finales

El centro Pre Egreso, ubicado en Montevideo, fue creado en 2018 como centro de seguridad media. Al momento de la visita, se encontraban recluidos en los 4 módulos del centro un total de 28 adolescentes, distribuidos principalmente según el tipo de medida socioeducativa. Si bien el centro puede albergar hasta 30 adolescentes, la capacidad máxima operativa para cumplir con todas las actividades es de 25.

El edificio presenta una estructura carcelaria, compuesta por 4 módulos de igual tamaño y distribución, y celdas que se disponen en torno a un patio interior abierto y totalmente enrejado. Las aberturas enrejadas de las celdas y patios no tienen cerramiento, quedando las celdas sin reparo cuando llueve o hay bajas temperaturas. El estado de limpieza y mantenimiento del centro es deficiente.

La lógica fragmentaria del centro limita la convivencia entre los adolescentes, compartiendo la cotidianeidad dentro y con sus pares de módulo. En la misma medida, frente a situaciones de discusiones o conflictos entre adolescentes, la respuesta es la separación y aislamiento. Esto promueve una mayor conflictividad y tensión dentro del centro, con prácticas extendidas de malos tratos.

Por todo lo observado y descrito, se realizan las siguientes consideraciones y recomendaciones:

  •  No se cumple con el proyecto de centro vigente. Es menester señalar, la absoluta heterogeneidad de las medidas socioeducativas que se encuentran en un mismo centro; se identificaron medidas de pocos meses de privación de libertad (producto de procesos abreviados, por infracciones graves), junto con medidas mayores a 5 años de privación de libertad. Siendo que a nivel institucional existe una lógica fragmentada y bien diferenciada de implementación de la medida, la cotidianeidad del centro se diferencia ampliamente según el módulo.
  • Es preocupante la situación alimentaria. Los adolescentes manifiestan que la calidad es mala, en muchas ocasiones se sirve cruda, y se basa en muchas ocasiones en guisos aguados (“ranchos”). Se considera fundamental reforzar los recursos humanos y materiales para proveer de alimentos más nutritivos y mejor elaborados, dada también la sobreexigencia del centro en brindar alimentación a dos centros más. Es fundamental que los adolescentes, en esta etapa vital de su desarrollo, accedan a una alimentación adecuada (regla 37 de La Habana).
  • Ausencia de espacios de convivencia entre todos los adolescentes de todo el centro, que refuerza la lógica de “rivalidad” entre módulos. En particular, se destaca la situación de aislamiento que vivencian los adolescentes del módulo destinado a penas largas, que se encuentran totalmente separados del resto del centro, tanto a nivel de contacto con otros módulos, como del desarrollo de actividades y propuestas recreativas.
  • El reglamento disciplinario vigente establece criterios institucionales generales y particulares en la aplicación de las sanciones. Se observa sin embargo la ausencia de éste u otros criterios, observándose sanciones colectivas, sin información previa, que utilizan el encierro y aislamiento prolongado (con 2 horas de patio al día) como medida sancionatoria.
  • Al igual que en los informes de visitas elaborados anteriormente, se observa con preocupación una deficiente situación en el acceso de los adolescentes a derechos humanos fundamentales como la atención en salud (con demoras en la asistencia deficiente); la educación formal (acceso limitado y de calidad inferior); el contacto con exterior ( limitadas y ahora reducidas visitas familiares); y las garantías jurídicas (donde preocupa el desconocimiento de los adolescentes de sus procesos penales, así como de sus derechos y posibilidades en el cumplimiento con la medida).

Notas:

  1. En particular, observamos que en una celda del módulo B como salía agua desde el inodoro de forma continua, debiendo el adolescente recluido pasar un trapo y secar constantemente, para que la pieza no se inunde, aspecto que ocurre cuando amanece luego de dormir.
  2. En particular, observamos que en una celda del módulo B como salía agua desde el inodoro de forma continua, debiendo el adolescente recluido pasar un trapo y secar constantemente, para que la pieza no se inunde, aspecto que ocurre cuando amanece luego de dormir.
  3. Los tres pertenecen a departamentos donde no existen juzgados especializados en materia adolescente.
  4. En los relatos varios adolescentes plantean ser llevados médico “sólo si te cortás”.
  5. Se adjunta en Anexo no público referencias específicas a situaciones de violencia verbal y/o física recabadas en la última visita.

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